Replica Artística del Llamador de la Quinta Angustia
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Replica del Llamador de la Quinta Angustia: Innovación y Patrimonio en la Semana Santa Sevillana

En este artículo se describe el proceso de creación de una réplica exacta del llamador de paso cofrade, utilizando algunas de las técnicas productivas más novedosas. Pero primero, es importante entender qué es lo que queremos replicar.

Llamador de la Quinta Angustia

Un llamador es un remate que se coloca en la parte delantera del paso procesional de una hermandad. Funciona como una campana especial, que no solo suena al ser golpeada, sino también cuando el paso se mueve. Además, el capataz, quien es el encargado de dirigir a los costaleros, toca el llamador para dar instrucciones y coordinar su movimiento durante la procesión. En el caso de la Quinta Angustia, su llamador es especialmente conocido y admirado.

Fue diseñado por Joaquín Bilbao Martínez en 1903. Bilbao no era solo un escultor, sino también pertenecía a la hermandad, lo que demuestra su estrecha relación con la corporación. Nacido el 27 de agosto de 1864 en Sevilla, fue un destacado escultor y académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando desde 1897. Su formación se enriqueció con estudios en París y viajes por Bélgica, Holanda, Alemania e Inglaterra, donde se familiarizó con el trabajo de Rodin y la estética del Art Nouveau.

Replica Artística del Llamador de la Quinta Angustia

Reconocido por su talento, recibió importantes distinciones como la Comendador Ordinario de la Orden Civil de Alfonso XII y la Primera Medalla en la Exposición de Arte Español de Buenos Aires en 1910. Entre sus obras más notables se encuentran la estatua ecuestre del Rey San Fernando en Sevilla y la alegoría de las Artes en el monumento a Alfonso XII.

El llamador que diseñó para la Hermandad de la Quinta Angustia en 1903 es considerado una de sus contribuciones más emblemáticas a la Semana Santa sevillana. A pesar de quedar ciego en 1924, Bilbao continuó su labor artística hasta su fallecimiento el 30 de enero de 1934. Su legado perdura no solo a través de sus esculturas, sino también por su influencia en el arte religioso sevillano. Bilbao no solo diseñó el llamador, sino que también era parte de la hermandad, lo que significa que sentía una conexión muy especial con esta imagen.

Al crear al dragón, Bilbao buscaba representar la lucha interna que todos llevamos dentro, la batalla entre el bien y el mal. Este dragón, a pesar de su apariencia imponente, simboliza el mal y las tentaciones que nos acechan en nuestro camino hacia la santidad. Sin embargo, su presencia en el paso procesional nos recuerda que siempre hay una fuerza superior que nos protege y nos guía. El dragón nos invita a reflexionar sobre nuestra propia vida y a esforzarnos por vencer nuestros miedos y debilidades.

La fundición en bronce del llamador fue realizada por la prestigiosa firma Masriera y Campins de Barcelona. Esta empresa era conocida por su alta calidad en trabajos de fundición artística, lo que explica el excelente acabado de la pieza.

Es importante destacar que este llamador es considerado el más antiguo de la Semana Santa de Sevilla que sigue en uso. Este hecho le confiere un valor histórico y patrimonial significativo, no solo para la hermandad sino para toda la tradición sevillana.

El llamador forma parte de un conjunto más amplio de elementos decorativos del paso, que incluye una canastilla diseñada por Cayetano Sánchez Pineda en 1900. El paso completo, incluyendo el llamador, se estrenó en la Semana Santa de 1904, lo que sitúa al llamador en el contexto de una renovación artística importante de la hermandad a principios del siglo XX.

La pieza no solo tiene un valor estético y simbólico, sino que también cumple una función práctica en la procesión, produciendo un sonido característico que contribuye a la atmósfera única de la Semana Santa sevillana.

Proceso de replicación del llamador

El proceso de replicación del llamador de la Quinta Angustia es un ejemplo fascinante de cómo la tecnología moderna puede aplicarse para preservar y difundir el patrimonio cultural. Este proyecto combina técnicas avanzadas de digitalización, modelado 3D e impresión con métodos tradicionales de acabado artístico.

Escaneo 3D y digitalización

El proceso de escaneo 3D y digitalización del llamador presentó un desafío técnico significativo debido a las limitaciones de acceso. Al no poder desmontar el llamador del paso cofrade, se dificultó la toma de datos en la parte no visible, lo que requirió un enfoque innovador para capturar todos los detalles.

Se utilizó un escáner 3D de luz estructurada de alta precisión, empleando tecnología de proyección de patrones de luz y captura mediante cámaras estereoscópicas. Este sistema proyecta una serie de patrones de luz sobre el objeto, mientras las cámaras capturan las deformaciones de estos patrones causadas por la geometría de la superficie. El software del escáner interpreta estas deformaciones para reconstruir la forma tridimensional del objeto con gran detalle.

El escáner se utilizó en modo de alta definición, sin el uso de marcadores de referencia, lo que permitió una captura mas limpia y precisa. Esta configuración resultó ideal para registrar las sutiles marcas de uso y los efectos del tiempo sobre el bronce, así como los detalles únicos de la fundición original.

Para superar el problema de las áreas no visibles, se realizaron múltiples escaneos desde diferentes ángulos, moviendo cuidadosamente el escáner alrededor del llamador. Esto permitió capturar la mayor cantidad posible de superficie, incluyendo zonas de difícil acceso. Posteriormente, estos escaneos individuales se alinearon y fusionaron utilizando software especializado para crear un modelo 3D completo.

La tecnología empleada permitió capturar detalles con una precisión de hasta 0.1 mm, asegurando que cada mínima marca de desgaste, pátina del tiempo, y textura única de la fundición fuera fielmente reproducida en el modelo digital. Se prestó especial atención a las áreas que mostraban el paso del tiempo, como las zonas pulidas por el golpeo y roce constante, las pequeñas irregularidades de la fundición original, y las sutiles variaciones en la textura superficial que dan carácter al llamador.

El resultado de este meticuloso proceso fue un modelo digital extremadamente preciso y detallado, que sirvió como base fundamental para los siguientes pasos del proyecto de replicación, cosa esencial en este tipo de trabajos. Este modelo no solo capturó la forma exacta del llamador, sino también su historia materializada en cada marca y textura, proporcionando una representación digital que es prácticamente un testimonio tridimensional de la vida del objeto original.

Esta captura digital tan detallada permite preservar no solo la forma del llamador, sino también su historia y autenticidad, documentando el estado actual de la pieza con todas sus imperfecciones y características únicas que se han desarrollado a lo largo de más de un siglo de uso en las procesiones de Semana Santa.

Modelado y optimización 3D

Una vez obtenido los datos para nuestro modelo digital, se procede usando programas de unión y limpieza de los datos obtenidos. Es importante señalar que, para este tipo de trabajos, no vale cualquier equipo informático. Cuando se quiere obtener un buen modelo, se necesita tomar muchos puntos; esos puntos implican muchos datos, y esos datos requieren espacio de memoria y potencia de procesamiento. Pero estamos hablando del paso de toma de datos, eso es únicamente cuando se están adquiriendo los puntos con el escáner. Cuando llega el momento de procesar esos puntos, la labor se complica, porque un modelo de calidad tiene millones de puntos y eso no se mueve fácilmente en cualquier equipo.

Imagen del llamador retocado

Se utilizó el software de esculpido de Blender para refinar y optimizar la geometría 3D. Este paso fue crucial para asegurar que todos los detalles se mantuvieran intactos y que el modelo fuera adecuado para la impresión 3D. Además de Blender, se emplearon otros programas como Meshmixer y otros especializados para mejorar la calidad del modelo y prepararlo para la fabricación.

Impresión 3D

Con el modelo digital preparado como queríamos, que en este caso era para realizar una figura que entregar a un miembro destacado de esta hermandad, se procedió a la impresión 3D utilizando una técnica innovadora. La impresión con polvo de aluminio fundido mediante láser, técnica conocida como SLS (Selective Laser Sintering), permite crear estructuras complejas con una gran precisión.

El proceso SLS comienza con una capa fina de polvo de aluminio extendida sobre una plataforma de construcción. Un láser de alta potencia, guiado por el modelo 3D digital que creamos, barre la superficie del polvo, fusionando selectivamente las partículas de aluminio en los puntos exactos donde se requiere material sólido. Una vez completada una capa, la plataforma desciende ligeramente, y se aplica una nueva capa de polvo. Este proceso se repite capa por capa, construyendo gradualmente la réplica tridimensional del llamador.

La elección del polvo de aluminio como material de impresión ofrece varias ventajas:

  1. Alta precisión: Las partículas finas de aluminio permiten reproducir detalles minúsculos, capturando fielmente las intrincadas texturas y detalles del dragón original.
  2. Resistencia: El aluminio sinterizado proporciona una estructura robusta, capaz de soportar manipulaciones y condiciones ambientales variadas.
  3. Ligereza: A pesar de su resistencia, el aluminio es significativamente más ligero que el bronce original, lo que facilita su manejo y transporte.
  4. Acabado metálico: El aluminio ofrece una base excelente para los tratamientos posteriores, permitiendo lograr un aspecto muy similar al bronce original.

El proceso de impresión requirió aproximadamente 72 horas de trabajo continuo, dada la complejidad y el tamaño del llamador. Durante este tiempo, se monitorizó constantemente la impresión para asegurar la calidad y precisión de cada capa.

Una vez completada la impresión, se procedió a un proceso de enfriamiento controlado para evitar deformaciones. Posteriormente, se eliminó cuidadosamente el polvo de aluminio no fundido, que puede ser reutilizado en futuras impresiones, minimizando así el desperdicio de material.

El resultado de este proceso fue una réplica física del llamador, que capturaba con asombrosa precisión cada detalle del diseño original de Joaquín Bilbao. La superficie de la pieza impresa presentaba una textura ligeramente granular, característica del proceso SLS, que proporcionaba una base ideal para los tratamientos posteriores de acabado.

Esta elección de material y técnica no solo garantiza una alta fidelidad en los detalles, sino que también proporciona una resistencia y durabilidad excepcionales a la pieza final. Además, la versatilidad del aluminio permite aplicar diversos tratamientos superficiales para lograr el aspecto deseado, ya sea imitando el bronce envejecido del original o explorando nuevas posibilidades estéticas.

Tratamientos posteriores

El proceso no terminó con la impresión. La réplica impresa en 3D se sometió a una serie de tratamientos posteriores para mejorar su apariencia y durabilidad:

La galvanoplastia es un proceso electroquímico utilizado para recubrir una pieza de aluminio impresa en SLS con una capa de bronce auténtico, logrando un acabado metálico realista que es esencial para la creación de la réplica del llamador de la Hermandad de la Quinta Angustia. Esta réplica se destinará a un miembro relevante de la hermandad, asegurando que el legado y simbolismo del llamador continúen siendo valorados y apreciados.

El procedimiento comienza con la preparación de la superficie de la pieza, donde se realiza una limpieza exhaustiva utilizando un desengrasante industrial o un baño ultrasónico. Este paso es crucial, ya que elimina cualquier rastro de polvo, grasa o contaminantes que puedan afectar la adherencia del recubrimiento.

Una vez que la superficie está completamente limpia, se procede a realizar un baño químico de activación. Este baño puede incluir ácidos o sales especiales que mejoran la conductividad del aluminio, un metal que presenta resistencia al proceso de galvanoplastia directa. La activación es esencial para asegurar que el recubrimiento se adhiera adecuadamente a la superficie del aluminio.

A continuación, se aplica una pre-capa de níquel o cobre, que actúa como una base conductora para el posterior depósito de bronce. La pieza se sumerge en un baño electrolítico que contiene una solución de sulfato de cobre y estaño, representativa del bronce. Durante este proceso, se aplica una corriente eléctrica controlada que permite que los iones metálicos del bronce se adhieran uniformemente a la superficie de la pieza. Este paso es fundamental para lograr un recubrimiento homogéneo y duradero.

Para aquellos que buscan un acabado envejecido o artístico, se puede aplicar una pátina química tras el recubrimiento inicial. Esta técnica consiste en sumergir la pieza en soluciones ácidas o con peróxido, generando una oxidación controlada que imita el envejecimiento natural del bronce. Este proceso no solo añade carácter a la réplica del llamador, sino que también permite resaltar detalles específicos mediante pulido manual en áreas seleccionadas, creando contrastes entre brillos y texturas.

Finalmente, para proteger el acabado y garantizar su durabilidad, se aplica una capa de sellado con barniz transparente diseñado específicamente para metales. Este barniz puede tener un acabado mate, satinado o brillante, dependiendo del resultado estético deseado. Además de preservar el brillo del bronce y la pátina envejecida, este sellador protege contra la corrosión y el desgaste, asegurando que la réplica mantenga su apariencia atractiva a lo largo del tiempo.

Este proceso combinado garantiza un acabado profesional y estético adecuado tanto para aplicaciones decorativas como industriales. La galvanoplastia no solo permite recrear fielmente el llamador original en términos visuales y táctiles, sino que también asegura que cada réplica cuente con la calidad y el detalle necesarios para ser considerada una obra digna de su legado histórico y cultural en la Semana Santa Sevillana, respetando la integridad artística del diseño original de Joaquín Bilbao.

Importancia histórica y artística

El llamador de la Quinta Angustia, no solo es una obra maestra de la orfebrería religiosa, sino también un símbolo profundo de la tradición y la espiritualidad de la Semana Santa Sevillana. Su proceso de replica a través de técnicas modernas, como el escaneo 3D y la impresión con láser de aluminio, no solo garantiza la preservación de su forma y detalles, sino que también resalta la importancia de combinar innovación tecnológica con el respeto por el patrimonio cultural. Este proceso no solo permite que nuevas generaciones aprecien el valor artístico del llamador, sino que también enriquece el legado histórico y simbólico que representa.

En conclusión, la creación de una réplica del llamador de la Quinta Angustia, es un testimonio del compromiso por preservar y difundir el patrimonio cultural. La fusión de métodos tradicionales y tecnologías avanzadas, no solo asegura la continuidad de esta emblemática pieza en la práctica cofrade, sino que también invita a una reflexión más profunda sobre los valores que encarna. Este proyecto destaca cómo la modernidad puede servir como aliada en la conservación del arte y la historia, garantizando que obras significativas como esta sigan siendo valoradas y admiradas en el futuro.

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